Descubre el elemento que desequilibra y deteriora las relaciones
Relaciones Conflictivas y Rupturas: de pareja, en la familia, entre hermanos, amigos, amantes, compañeros de trabajo…
No hay área de nuestra vida inmune a los conflictos y los desenlaces dramáticos.
¿Por qué es tan difícil mantener una relación saludable?
¿Por qué nos cuesta tanto ponerle fin sin que eso se convierta en un conflicto?
¿Qué hace que ciertas relaciones se deterioran incluso sin que nosotros lo deseemos?
¿Se puede prevenir todo esto?
¿Se puede evitar?
Y sobre todo… ¿Se puede revertir esta situación cuando sucede?
Si en algún momento de tu vida, ya sea en la familia, en la pareja, entre amigos o en el trabajo, te has sentido mal por experimentar cómo se deterioró una relación, y no supiste darte una explicación, entonces presta mucha atención a este contenido…
A continuación, no solo te daré una explicación psicológica basada en un modelo que he creado a partir de las experiencias con mis clientes, sino que descubrirás también que es lo que puedes hacer para prevenir esta situación.
O gestionarla de una manera madura, evitando dramas y neurosis.
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Qué decir…
He asesorado a muchos clientes en estos años que han tenido problemas de relaciones interpersonales: sentimentales, de trabajo, familiares…
Y siempre acuden a mi con una pregunta a la que les cuesta encontrar respuesta:
¿Cómo pudo pasar? ¿Con lo bien que nos llevábamos en los inicios?
Muchas veces incluso con sentimiento de culpabilidad aunque sin saber qué es lo que hicieron y dónde estuvo su responsabilidad.
A todos normalmente les gustaría aprender de ello para que no les vuelva a pasar.
¿A ti también?
¿Te gustaría?
Mis clientes son mis principales maestros. Analizar sus casos me ayudó crear un modelo explicativo que permitió entender de manera general por qué nos suceden ciertas cosas.
Y gracias a atender sus preocupaciones, pude finalmente diseñar el modelo que te voy a detallar a continuación y que puede ayudarte a ti también a comprender algo que te ocurrió en pasado o que tal vez te esté ocurriendo ahora.
De hecho, si conoces a alguien que está pasando por el final de una relación, o que se siente mal por algún conflicto que esté viviendo con su pareja, jefe, compañer@ de trabajo, hermano o hermana, padre, hijo o amigos, pásale este contenido. Seguro que le vas ayudar y te lo agradecerá.
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Las relaciones humanas se basan en la confianza.
¿Sabías que las mesas de tres patas nunca cojean?
Bien así es la confianza. Cómo una mesa de tres patas. Nunca cojea.
Salvo alguna de las tres patas venga a faltar. Y esto sucede con las relaciones.
La confianza se basa en un equilibrio de dar y recibir. Mientras este equilibrio se mantiene, genial. Todo va bien. Pero si se quiebra, la mesa viene a faltar.
Y todo lo que está encima de esa mesa cae con ella. No hará falta que te detalle más esta metáfora. Seguro que lo estás entendiendo: ¿verdad?
Bien, pero ¿cuáles son las tres fuerzas, esas patas de esta mesa llamada confianza que permiten ese intercambio y reciprocidad de dar y recibir?
Vamos a ellos:
- Amor: es decir el acto de entregarse a la persona o actividad que se desempeña con el deseo y la intención de que esté bien y salga bien, esté protegida, saludable o en buena condición. Esto se aplica tanto a las personas como a las tareas y actividades. Amar es entregar uno su propia energía con el fin de cuidar su “objeto” de amor (ya sea una persona una actividad o una cosa). Este sentimiento surge de dentro hacia fuera. De la persona hacia fuera. Y se le asocia el estado disposicional del cariño hacia el objeto de amor. Cuando una persona siente esto, desea cuidar lo que hacer o las personas para las que tiene este sentimiento. Esta es la primera pata de la mesa. La relación durará saludablemente mientras haya amor y esté en equilibrio con las otras dos patas.
El Sujeto del Amor es YO
El verbo del Amor es DAR
La Motivación del Amor es el TU
El Complemento del Amor es el CARIÑO
- Placer: es decir la sensación de recibir placer de la persona o de la actividad que se desempeñamos. Da igual la manera en la que se materializa y canaliza ese placer. Pero la relación dura mientras hay placer. El placer es una sensación interna que pero en las relaciones, se origina de fuera hacia dentro. Claro que uno puede proporcionarse placer propio, pero aquí estamos hablando de relaciones, y el placer surge como sensación interna causada por la existencia de otra persona, objeto uactividad, que permite proporcionar esta sensación. De no existir esa persona, ese placer no podría sentirse. Al placer se le asocia el estado disposicional de la pasión. Todo lo que nos apasiona es porque nos proporciona placer. Y se convierte en legítimo en la medida en la que haya consentimiento nuestro para recibir ese placer.
El Sujeto del Placer es TU
El verbo del Placer es RECIBIR
La Motivación del Placer es el YO
El Complemento del Placer es la PASIÓN
- Posesión: es decir, la sensación de apego a ese objeto de amor y placer. Esta sensación surge cuando sentimos la necesidad de tener nuestro objeto de amor y de placer. Surge en el momento en que Amor y Placer toman fuerza. Y nos generan el deseo de mantener y perpetuar esas sensaciones en el tiempo. La posesión es lo que nos proporciona esa exclusividad que muchos exigen en las relaciones. Y es natural y no hay nada malo en ello, siempre y cuando se mantenga en unas dosis asumibles: a todos nos gusta sentir o disponer de derecho a disfrutar y mostrar nuestro cariño por el “objeto” de amor y placer. Y ser conscientes de esa exclusividad incrementa nuestro placer y amor. Pero este elemento es el factor que, mal gestionado, puede hacer entrar en desequilibrio la mesa de tres patas que es la relación. Si tuviéramos que encontrarle un símil metafórico cómo ingrediente de un bizcocho, la necesidad es cómo el azúcar. Endulza pero en grandes cantidades es perjudicial para la salud.
El Sujeto de las Posesión es NOSOTROS
El verbo de la Posesión es MANTENER
La Motivación de la Posesión es la EXCLUSIVIDAD
El Complemento de la Posesión es la NECESIDAD
Ahora te lo voy a detallar.
Amor, Placer y Posesión (o sus sentimientos asociados de cariño, pasión y necesidad) son fuerzas en continuo cambio a lo largo de una relación. A veces hay más de uno que de otros. Pero en seguida tienden equilibrarse en personas que entienden a las relaciones de una manera sana y madura. Podríamos considerar su suma como un 100% de la estabilidad y salud de la relación. Pero su proporción en ese 100% puede cambiar y alterar la relación.
Es cómo si tuviéramos los ingredientes para hacer la masa de una tarta. Imagina, huevos, harina y azúcar para hacer un bizcocho. Pero si los ingredientes se mezclan en diferentes proporciones, el bizcocho no sale o puede ser perjudicial. Y esto lleva a Relaciones Conflictivas y Rupturas.
Sinceramente desconozco casos en los que el exceso de amor o placer sea perjudicial. Pero en todos los casos analizados con relación deteriorada, el problema estaba en el desajuste del factor posesión.
Si la posesión es poca, la relación será poco sabrosa…
Si la posesión es mucha, será perjudicial para la relación, hasta deteriorarse.
He aquí el quid de la cuestión. La posesión es inestable por naturaleza: tiende anularse hasta convertirse en esa relación desinteresada de “compañeros de piso” que se quieren pero dejaron hace tiempo de construir algo juntos en común, o de “follamigos” que comparten placer que tampoco tienen un proyecto común.
Pero, ¿qué pasa con la posesión cuándo es en exceso? Crece naturalmente hasta anular el amor y el placer y convertir el sistema relacional en inestable.
Porque cuando sentimos amor y placer, no solo surge el deseo de dar continuidad esa relación, sino también el miedo a que esa relación termine. Y conforme el miedo asuma dimensiones importantes, la posesión pasa de apego saludable a dependencia tóxica.
Y con ella surge la asimetría en la relación. Y eso a Relaciones Conflictivas y Rupturas.
De aquí es fácil caer en la manipulación para intentar seguir disfrutando de los privilegios adquiridos, el intento de control, los celos.
Cuando la posesión se convierte en esto, fagocita al amor y el placer. La persona pierde de vista el darse y entregarse para invertir sus energías en mantener el status quo por miedo a perder.
Esto provoca juegos emocionales que suelen terminar por intoxicar la relación y de ahí inicia el deterioro.
Esto te pude pasar en una relación de pareja como entre madre e hijo, amigos o jefes empleados o incluso en el trabajo, con una tarea, un puesto o una función o un puesto que desempeñas. Cuando te aferras a mantener la condición, pierdes de vista el placer y dejas de invertir en cariño. Entras a la defensiva, te vuelves arisc@ y todo se deteriora.
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¿Qué te parece?
Interesante: ¿verdad?
¿Te ha pasado alguna vez o conoces a alguien a quien le haya pasado o le esté pasando algo similar?
Si es así, pásale este contenido.
¿Te gustaría saber cómo evitarlo o revertirlo?
En seguida te voy decir algo sobre cómo prevenir Relaciones Conflictivas y Rupturas.
Pero, sobre todo: ¿te está resultando útil este modelo para entender cosas?
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Dime en los comentarios si quieres que profundice sobre este tema.
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Ahora imagino querrás conocer cómo gestionar este equilibrio para que la mesa no se caiga.
La clave principal aquí es el miedo.
Cuando surge el miedo a la pérdida de placer y amor, la posesión aumenta hasta quebrar el equilibrio.
Educarse y aprender que todo es momentáneo, que hay que vivirlo con ánimo de gratitud por lo que se tiene en un momento es clave, respecto a ese afán acumulador que busca asegurar las cosas para el futuro.
Hemos de aprender a no tener miedo a la renuncia. A que las circunstancias cambien. A la escasez.
Al igual que estuvimos abiertos a recibir en nuestra vida aquello que nos proporciona placer y por lo que sentimos amor, hemos de estar abiertos a perderlo o dejarlo en el momento en que esa reciprocidad se quiebra.
Paradójicamente, cuanto más damos la libertad a la otra persona de querer estar cerca de nosotros, más disfrutaremos de su presencia. Más le daremos oportunidad de expresar amor hacia nosotros. De disfrutar de nuestra presencia.
Al contrario, cuanto más atamos a la otra parte para que no se vaya, le estaremos cerrando las puertas a que surja en ella ese sentimiento espontáneo que es a la postre la causa del placer que nos proporciona su cercanía. De ahí es fácil llegar a Relaciones Conflictivas y Rupturas.
La posesión, en altas dosis, “castra” toda posibilidad de mantener espontánea esa relación de amor y placer recíproco.
El amor y el placer pueden expresarse y mantenerse florecidos en la medida en la que les damos la posibilidad de ser libres. En este sentido hemos de contener el sentimiento de posesión bajo unos mínimos necesarios y suficientes, pero sin llevarnos a querer tener el control y manipular las cosas por efecto de nuestro miedo a perderlas.
En definitiva, esto tal vez te recuerde la canción de Sting: “if you love somebody, set them free”
Si no la escuchaste nunca, te dejo el enlace:
El material de este blog sale de las reflexiones propiciadas por las sesiones privadas con mis clientes. Basado en ello y en el método óptima y en otras consultas estoy creando un curso ON LINE sobre Gestión de Conflictos y Relaciones Saludables.
Si quieres saber más, te pondré información en breve.
Escríbeme en los comentarios si tienes consultas que quieres hacerme sobre esta temática. Quiero saberlo. Y quiero ayudarte.
También dime qué es lo que te gustaría aprender en un curso con ese título. Tal vez me des ideas para que la incluya en los temas.
En todo caso, si te gustaría que preparara más vídeos en mi canal de youtube sobre Relaciones Conflictivas y Rupturas, dímelo en los comentarios.
https://www.youtube.com/c/psicologiatrabajoybienestar
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