Se suele contratar un proceso de Coaching cuando se siente que el objetivo a conseguir o el problema a resolver requieren un proceso de transformación o cambio bien de enfoque emocional, bien de comportamiento, o de actitud y forma de pensar.
El lema que suele acompañar esta necesidad es: hacer algo diferente y conseguir algo diferente.
De todos modos, pueden ser varios los momentos en la vida de una persona en los que el Coaching resulte beneficioso, dependiendo del objetivo a afrontar, del problema a resolver, de las circunstancias en las que actúa el problema, así como de las circunstancias, necesidades o recursos de los que dispone la persona.
Las personas que hasta el momento han llegado a contactar con Öptima Coaching para sus servicios, hasta el momento presentan un mínimo común denominador: han sido personas generalmente habilidosas y muy concienciadas sobre el problema que les afectaba o el objetivo a conseguir, con mucha voluntad de querer conseguir lo que se proponían, que consideraban que la solución del problema a resolver dependía de ellas mismas y no de terceros, pero sentían la necesidad a la vez de pasar por un proceso de transformación o cambio necesario, para el que consideraban beneficiosa la ayuda de un profesional.
Podemos usar el Coaching como un servicio profesional que nos facilite encontrar estrategias para abordar de manera diferente aquellos problemas cuya solución se nos resiste, o alcanzar aquellos objetivos que pese a los distintos intentos, no conseguimos alcanzar.
Quizás consigamos tarde o temprano, por nosotros mismos, alcanzar lo que nos proponemos: ¿pero a que costes en términos económicos, de tiempo o emocionales? Cuando una persona se propone optar por contratar un servicio de Coaching, lo hace consciente de que éste servicio puede facilitarle el logro de lo que se propone en un plazo menor de tiempo, o con un coste económico o emocional inferior respecto a lo que le podría suponer intentarlo por sí mismo.
